Fecha: agosto 24 al 28 del 2020
Grado: Séptimo
Docente: Deicy Vega
Tema: Las promesas de Dios
Indicador de desempeño: Reconoce que, si hace la voluntad de Dios, se cumplirán
todas sus promesas en su vida.
MOMENTO DE INICIO:
Señor, te alabo por los grandes tesoros que están en Tus palabras. Por favor, dame paz hoy
al confiar en Tus promesas.
Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad
de Dios, obtengáis la promesa. Hebreos 10:36
En esta semana trataremos de las promesas de Dios para ti.
Las palabras de Dios son sus promesas para ti, descubrirlas es como descubrir
un gran tesoro. A medida que sigas escudriñando en ellas, encuentras más y más
tesoros increíbles y hermosos.
Las promesas de Dios siempre se cumplen porque él no miente. Dios hace muchas
promesas en la Biblia para todos los que le aman. Nuestro Dios es fiel, justo, cumplidor,
poderoso y por eso podemos confiar que cumplirá todo lo que ha dicho.
Si Dios cumplió con todos los personajes de la Biblia puedes tener total certeza que
también lo hará contigo y con toda tu descendencia. Es por ello que debes basar tu
vida en las promesas de Dios.
¿A quién provee Dios sus promesas?
El provee promesas a quienes creen en su palabra, son obedientes, y viven bajo sus principios.
REFLEXIÓN
Debemos meditar en la Palabra de Dios cada día y apropiarnos de sus promesas en nuestra vida
para verlas alcanzadas.
ORACIÓN
Señor Jesús hoy vengo delante de ti agradecido porque me has dado tantas promesas.
Hoy decido basar mi vida en las promesas eternas de tu palabra. Perdóname por centrarme en
mi mismo y no en Tu palabra y tus promesas. Hoy me aferro a tus promesas. Amén.
Responde las preguntas utilizando una buena argumentación:
1. ¿Por qué las promesas de Dios se desarrollan en la paciencia?
2. ¿Cómo relacionas las promesas de Dios a tu vida?
3. ¿Hay promesas de Dios que se han cumplido en tu vida? Escribe la experiencia.
4. ¿Qué promesa quisieras regalar a Dios en gratitud?
5. Explica el versículo: Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio
de nosotros, para la gloria de Dios. 2Corintios 1:20